Escuchando una radio local de Valledupar, unos comunicadores sociales analizaban la sintonía de los canales de tv nacionales. Señalaron que los programas más sintonizados en la franja nocturna correspondían a telenovelas que ya cumplen 20 años de su lanzamiento, mientras que series de lanzamiento reciente como Pa` quererte no ocupaban los primeros lugares. Explicaban los comunicadores que, entre las posibles causas que explican estos resultados se encuentre la curiosidad de los jóvenes por conocer producciones que marcaron la época de sus padres y familiares, o de éstos últimos buscando la nostalgia pasada.
Personalmente me
sorprendieron las cifras. La serie Pa`quererte, que he disfrutado desde su estreno
hace ya un año, me ha parecido cargada de un contenido fresco y una crítica
positiva a los roles de género.
Tomada de: https://www.canalrcn.com/pa-quererte/
, 15 de febrero de 2021.
La serie gira en
torno a la relación de cuatro padres con sus hijos y los sacrificios que
implican la “crianza”[1]
de los mismo (principalmente hijas, sólo uno de los padres tiene un hijo). En ella encontramos una propuesta atrevida en torno a los roles de género, por
ejemplo, Mauricio Reyna (interpretado por Sebastián Martínez) es un diseñador
de ropa interior, al que se le da mucho mejor la costura que otros “roles
masculinos tradicionales”, mientras que la joven con la que sostiene una
relación Dany Daza (Juliette Pardau), es una tecnóloga en mecánica que ha tenido
dificultades para ejercer su profesión por la discriminación de género. Pareciera
que, por la necesidad de ambos, Mauricio por estar en la quiebra con una niña
de unos 8 años que acaba de conocer y Dany por haber perdidos sus ahorros para migrar
del país, comienzan a tener una relación amorosa luego de años de una simple relación
laboral y de amistad.
También es un ejemplo
el caso de Azucena, una joven madre soltera, que tiene una relación amorosa por
iniciativa propia con Octavio, un hombre de tercera edad, con problemas
económicos y quien desde hace años sólo compartía techo, mas no lecho, con la
madre de su hija (una joven de la edad de Azucena) quien había dejado de sentir
deseo por Octavio.
Los otros dos padres
son Jorge y Antonio, vecinos quienes tienen dos hijas adolescentes compañeras
de Colegio. Jorge fue víctima de adulterio y se enfrenta al reto de hacerle
entender a su hija que su madre no es una mala persona y que es posible que conserven
su matrimonio, algo a lo que su hija se opone rotundamente. Por su parte
Antonio, no logró superar que su esposa se convirtiera en la “proveedora” del
hogar y en lugar de llegar a un acuerdo de pareja generó una situación de
anomia en la familia, llevándolo al divorcio, y una vez arrepentido de sus malas
acciones, no pudo pedirle disculpas a su ex esposa, pues ella falleció en un
accidente de autos.
Como señalé en la
descripción de la serie, no se trata sólo de la relación entre padres e hijas,
sino de los sacrificios que los primeros deben hacer por el bienestar de las
últimas. Por ejemplo, Mauricio ha tenido que realizar toda clase de trabajos, a
los cuáles no estaba acostumbrado, para poder brindar unas condiciones mínimas
de bienestar a su pequeña hija de 8 años. Antonio, a pesar de sus problemas
matrimoniales, teniendo la oportunidad de mantener una relación
extramatrimonial, el compromiso con su familia lo hizo declinar de esa
oportunidad. Jorge debe acompañar el embarazo de su hija adolescente. Y
finalmente Octavio debe convivir con su nueva y joven pareja, junto a su ex
esposa quien les ha tendido la mano ante la necesidad económica y el
advenimiento de dos nuevos niños.
La serie se
introduce en estos temas complejos y unas reflexiones que, por realistas, rayan
en lo “políticamente incorrecto” para el actual contexto de la tiranía “emocrática”.
Por ejemplo, el único niño de la serie, Jerónimo ha tenido diferencias con
algunas actitudes de su padre Antonio, por tratar de inducirlo a realizar
actividades extracurriculares de “varones”, como el fútbol, en lugar de otras.
Sin embargo, el mismo Jerónimo ante la necesidad de defender el honor de su
hermana por los vejámenes a los que fue sometida por parte de un compañero de
clases mayor que él, no dudó en irse a los golpes y le agradeció a su padre “enseñarle
a defender a su hermana”.
Quizá sea
precisamente por la novedad y lo atrevida de la serie que no haya logrado
capturar mayor audiencia, pues la serie gira en torno a los padres, y quizá
genere algo de rechazo en las principales consumidores de telenovelas, es decir,
las mujeres.
Independientemente
de esto, recomiendo la serie y ojalá jóvenes escritores y productores nos
sorprendan con este tipo de contenidos.
Posdata: Grata
sorpresa la de Juliette Pardau en el papel de Dany. No sólo por la difícil
tarea del aprehender el acento bogotano, los modismos y gestos, sino por representar
de una manera realista la complejidad de las mujeres en las relaciones de
pareja, tanto en lo positivo, como en lo negativo.
[1] Entiendo que el término crianza puede ser
problemático. Pero no creo que exista otra nueva palabra para describir esa
compleja relación que existe entre padres e hijos.
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