Ya no queda lugar a dudas que la xenofobia de Claudia López y el Partido Verde contra los venezolanos no se trata de una equivocación involuntaria o un caso aislado. Como ha sido tradición con esta figura pública y ese partido, apelarán a la indignación y a chivos expiatorios, sólo que, en lugar de hacerlo como oposición, en esta oportunidad lo harán como gobierno desde la Alcaldía de Bogotá.
Ahora bien, más
allá de caer en la tarea de censor (algo que desapruebo) de las pulsiones o la
ética de la alcaldesa, me parece mucho más útil revisar los argumentos “racionales
y técnicos” en los que la alcaldesa encubre su odio, de forma que la población
venezolana pueda entrar en diálogo con los muchos desinformados o malintencionados
que aplauden los sofismas de López.
De más está decir
que la primera recomendación del manual para los venezolanos es: aprendan a
querer a Colombia, conózcanla, visiten sus museos, conozcan su historia, inviertan
en su educación y en actividades productivas, ámenla y demuéstrenle a los
xenófobos que la conocen y la quieren más que ellos mismos. Y definitivamente,
sáquense de la cabeza la cultura política del rentismo que ha marcado
generaciones. Nunca, nunca, pero nunca argumenten, “en Venezuela a los colombianos
les daban x o y bienes o servicios gratis”. En lugar de ese tipo de respuestas,
lea este manual y fórmese un mejor criterio contra los xenófobos.
Lección 1.
Conozca las fuentes de financiación pública en Colombia. El Sistema General de
Participaciones, Sistema General de Regalías, Recursos propios.
En abril de 2020
la alcaldesa López señaló, en el marco de los desalojos de venezolanos por
ausencia de pagos, lo siguiente:
No podemos pagar el arriendo, no se los estamos
pagando a los colombianos, menos a los venezolanos, no les podemos pagar eso. Ya
les pagamos la comida, ya pagamos el nacimiento, ya pagamos el jardín, ya
pagamos la escuela, ya damos empleo. Que pena que lo único que no les podemos
cubrir es el arriendo. Y para eso pedimos un poquito de ayuda del gobierno nacional,
un peso, al menos uno, porque todas estas cosas las pagan los impuestos de
los Bogotanos sin chistar, llevamos años pagando eso, a 450 mil personas de
Venezuela. Les pagamos el parto, el nacimiento, la salud, el jardín, la comida,
el colegio, y está ciudad les da empleo. Lo único que estamos pidiendo es que,
en cuarentena, el gobierno nacional de, aunque sea un peso. (Canal RPTV. En línea: https://www.youtube.com/watch?v=bTDgnDPH2aU
, minutos 0:28 a 1:22).
En realidad, dicha
afirmación de la alcaldesa, subrayada de “todas estas cosas las pagan los
impuestos de los bogotanos sin chistar”, es falsa toda vez que el gobierno
nacional a través de las transferencias obligatorias, no condicionadas, del Sistema
General de Participaciones financia un porcentaje enorme de los costos en
Educación y Salud de las entidades territoriales, Bogotá incluida.
Por ejemplo, para
el año 2020, cuando el presupuesto para Educación fue de 3,9 billones y el de
Salud 2,7 billones de pesos, el aporte del SGP para educación fue de 2,3 billones
- 58% del total y para salud fue 591 mil millones - 21% del total (fuente:
SICODIS).
En línea: https://sicodis.dnp.gov.co/AspxSGP/DistribucionesSGP.aspx
Por su parte, el
sistema general de regalías, que consiste en transferencias de la nación con
cierto grado de discrecionalidad, conforme a la aprobación de proyectos de
inversión presentados en diversos sectores (entre ellos educación y salud),
también ha otorgado recursos a Bogotá. Puede consultar en el portal “Mapa de
Inversiones” del Departamento Nacional de Planeación, en línea: https://mapainversionesapp.dnp.gov.co/
Finalmente, y
para nada menos importante, tenemos los montos invertidos por el Presupuesto
General de la Nación Regionalizado. Para el 2020, dichos montos para Bogotá fueron
de 4,5 billones de pesos e incluye inversiones en los Sectores de Educación y
Salud que con tanta vehemencia López señala que no han recibido “ni un peso de
la nación”.
Disponible en: https://colaboracion.dnp.gov.co/CDT/Inversiones%20y%20finanzas%20pblicas/Regionalizaci%c3%b3n%202020%20-%20Segundo%20debate.pdf
Como se puede
observar, sólo sumando Presupuesto General de la Nación más Sistema General de
Participaciones estamos en presencia de 7,8 billones de pesos. Tenga en cuenta
ese número en las subsiguientes lecciones.
Lección 2. Ahora
vamos a los impuestos. Enséñeles a los hermeneutas de la alcaldesa que no todo
es tan básico y tan simple.
Muchas personas
se han dado a la tarea de “interpretar” las ofensas de López hacia la población
venezolana y hacia la inteligencia de cualquier persona medianamente informada,
y posiblemente cuándo usted le explique que las declaraciones de López son
falsas le responderá que:
“No es así, dado que los Bogotanos son los que más
aportan en términos de impuesto a la renta de personas naturales y jurídicas y
en el impuesto al valor agregado. Con lo cual la alcaldesa tiene razón en decir
que son los Bogotanos los que le pagan todo a los venezolanos”.
Según datos del
año 2019, las personas naturales, difícil saber si todos son Bogotanos, personalmente
diría que no, pero sígales la corriente a los hermeneutas, aportan 1,05
billones de pesos en impuesto a la renta. Mientras que las personas jurídicas
aportan 8,3 billones de pesos[1].
En este sentido,
los “bogotanos”, figura que incluiría personas naturales residentes de Bogotá
de otras regiones y personas jurídicas con alojamiento en Bogotá aportarían,
por concepto de impuesto a la renta 9,35 billones de pesos.
En cuanto al Impuesto
al Valor Agregado IVA, para el 2019 el recaudo fue de 37 billones de pesos en todo
el país, lamentablemente los datos no se
encuentran desagregados por entidades territoriales. No obstante, estimando con
base en la totalidad de la población bogotana frente al total nacional, es
decir 14%, estaríamos hablando de 5,5 billones de pesos. Entendiendo que posiblemente
el consumo de los “bogotanos” sea superior al del resto del país, digamos un
equivalente al 25% del país, estaríamos hablando de 9,25 billones de pesos.
En este sentido,
en definitiva, aceptando el onanismo de los hermeneutas de la Alcaldesa sobre
la “bogotaneidad”, Bogotá recibe en transferencias de la nación un 42% de lo “aportado”
a la nación en términos de impuestos (nuevamente, recuerde que lo aportado son
meras estimaciones, a diferencia de las transferencia y los gastos del Presupuesto
General de la Nación en Bogotá).
Vale la pena aclarar
nuevamente, que para estas estimaciones sólo se están tomando las
transferencias por concepto de SGR e inversiones regionalizadas en Bogotá del
Presupuesto General de la Nación. Se excluyó del cálculo las transferencias por
conceptos de regalías y gastos de nómina y de funcionamiento de la organización
del nivel central nacional que tiene sede en Bogotá, es decir Ministerios, Departamentos
Administrativos, etc.
Lección 3.
¿Cómo responder al: “los venezolanos obviamente no pagan impuesto a la renta, y
tampoco IVA porque sólo consumen bienes exentos la canasta básica”?
No hay que
desconocer que entre los hermeneutas de la alcaldesa y en especial del partido
verde, se encuentra una que otra persona medianamente informada. Personas cómo
estas le dirán que las suposiciones de la lección 2 con las que construimos la “bogotaneidad”
“no son falsas”, toda vez que la mayoría de los migrantes venezolanos no pagan
renta, por no tener ingresos formales, o en todo caso, no alcanzar el mínimo
requerido para comenzar a declarar, y en el caso del IVA tampoco, dado que son
unos “aprovechados” que sólo consumen productos de la canasta básica exentos de
IVA.
Frente al
argumento del impuesto sobre la renta es complejo conocer la cifras de
venezolanos declarantes para dar una respuesta. Sin embargo, en cuanto al IVA
sí vale la pena señalar que, como venezolano le aclares que usualmente, y
Colombia no es la excepción, los productos exentos de IVA de la canasta básica
están asociados a patrones culturales de consumo. Así, por sólo citar un ejemplo,
uno de los productos preferidos en la dieta de los venezolanos, los espaguetis
de trigo, no están exentos de IVA en Colombia, y paga un 5% de IVA.
Posiblemente no
satisfecho con la lección, el acólito de la secta le responderá que: “es una
cifra insignificante, toda vez que el IVA debería ser de 19% y no sólo del 5%”.
Nuevamente tendrás que enseñarle que el mundo no es tan simple, y que las
cifras no son para nada insignificantes. Por ejemplo, algunos medios han
señalado que las compañías de pastas colombianos “están felices” y han
aumentado sus ventas e ingresos gracias al consumo de los venezolanos (El Pulso
2019). Los datos indican que mientras un colombiano consume 3 kilos de pastas
al año, el venezolano consume 12 kilos al año, lo que equivale a 4 veces el
consumo de los colombianos (El Pulso 2019[2]).
Nuevamente realizando estimaciones, estaríamos hablando de compras por 40 mil
pesos anuales en pasta por venezolano (en caso que consuma sólo espaguetis de
gama baja), pagando cada venezolano dos mil pesos de IVA. En este sentido, sólo
los 450,000 mil venezolanos en Bogotá de los que habla la alcaldesa habrían aportado
900 millones de pesos.
Lección 4. ¡Si
las transferencias en Colombia son injustas, las de la mayoría de los países
con forma de Estado de República Unitaria serían una ordalía!
Como vimos
anteriormente, tejiendo una compleja red de suposiciones se podría llegar a
pensar que la hacienda pública colombiana es injusta con Bogotá, los bogotanos
y la alcaldesa bogotana, toda vez que reciben “apenas un 42% de lo aportado en
términos de impuestos”.
Así entonces,
cuándo los seguidores de la alcaldesa le argumenten esto, además de aclararle
los “saltos mortales” en las estimaciones que están haciendo para llegar a esa
conclusíon, coméntele que hay países con tendencias mucho más marcadas en
garantizar la equidad entre el centro y la periferia. Por ejemplo, sin ir tan
lejos, sólo vayamos a la vecina Ecuador.
En este país,
Quito recolecta por concepto de Impuesto a la Renta = 2,818,855,659 de dólares,
mientras que por concepto de IVA 3,440,100,587 (Servicios de Rentas Internas
del Ecuador 2018). En transferencias del PGN y “otras” recibe 369,098,166
(Informe de la Liquidación Presupuestaria. Municipio Metropolitano de Quito 2018).
En este sentido Quito, los quiteños y el alcalde o alcaldesa quiteño sólo
reciben 5% de lo recogido por dicha población.
Una tendencia
semejante se observa en España y en cualquier país que medianamente tenga autoridades
y gobiernos con un mínimo de sentido común y entiendan que en la capital de la
nación se destina buena parte del gasto público y la inversión por el simple
hecho de ser la capital, no por otro atractivo particular.
Lección 5. El
misterio del “a los venezolanos todo se les ofrece”.
Está haciendo
carrera una frase entre los seguidores de la alcaldesa, y es “a los venezolanos
se les da todo” o como ella misma dijo “todo se les ofrece, ¿qué garantías
tenemos los colombianos?”[3].
Simplemente
pregúnteles ¿qué es el “todo se les ofrece que no se les ofrece a los
colombianos”? Aún no he encontrado el
primero que me responda. Si encuentran alguna respuesta, recibo comentarios con
atención.
Lección 6. No
acepte condescendencia de los seguidores verdes de “buen corazón”.
Lo más probable
es que te encuentres con personas condescendientes entre el partido verde que critiquen
“la forma, pero no el fondo de las declaraciones de la alcaldesa”. Por citar un
ejemplo, la Congresista Juanita Gobertus:
Como vemos, hay
una crítica hacia la forma, sin embargo, señala que se “requiere garantizar los
recursos”, cayendo nuevamente el sofisma sobre los fondos de financiamiento que
hemos tratado de manera extensa en las 4 lecciones anteriores. Desconoce
también, que los recursos de cooperación internacional que ha recibido Colombia
para la atención de los Migrantes Venezolanos en Colombia, ha sido de 75 millones
de dólares (35 aportados por los Estados Unidos y 40 por otra serie de países[4]),
una cifra muy cercana a las donaciones de cooperación internacional para el
cumplimiento de los acuerdos de paz que creo que está entre los 80 y 90
millones de dólares en estos últimos años.
Lección 7. El chapulín
colorado no está en la rama judicial, está en la movilización, el activismo y
el control vertical.
Algunas personas
trataron de hacer valer el derecho a la dignidad de los venezolanos tras las
declaraciones de la alcaldesa mediante la acción de tutela. Recibieron
respuesta negativa a la demanda. Y aunque no se debería cerrar dicha vía, es
mucho más importante la organización cívica, política y electoral para exigir representación
de sus intereses en los diversos ámbitos, el nacional y el local.
Y en el caso de
los colombo – venezolanos, sin lugar a duda ejercer de una forma más contundente
el control vertical de los funcionarios de elección popular a través del voto,
castigando de una vez por todas, y más allá del “miedo a los extremos”, a la
alcaldesa Claudia López y su partido político, el Partido Verde quienes no han
activado su comité de ética para revisar las conductas y actividades de la
alcaldesa.
Quizá la inactividad
el partido verde se deba a que en realidad la alcaldesa cumple el código de
ética en el sentido del artículo 1 literal b que dice:
b) Propiciar cambios en la manera de hacer
política en nuestro país.
Y en efecto están
logrando cambiar la política del país, introduciendo un clivaje que no se había
conocido hasta ahora en Colombia, el del “nacionalismo vs pluralismo”.
[1] El Tiempo (2019) En línea: https://www.eltiempo.com/bogota/cuanto-aporta-bogota-para-el-impuesto-de-renta-con-respecto-al-pais-389246
[2] En línea: https://www.pulzo.com/economia/aumento-consumo-pasta-colombia-por-llegada-venezolanos-PP743393
[3] RPTP
(2021) En línea: https://www.youtube.com/watch?v=2cSxUl1vYs0
minuto 1:00 a 1:10.
[4] Proyecto Migración Venezuela (2019) Proyecto
Migración Venezuela. En línea: https://data2.unhcr.org/en/documents/download/69027